66/2015
LIBER 2015
(Croniquilla Emocional Final desde LIBER 2015)
(Donde a punto estuve de ser convertida en asistENTA en lugar de permitirme ser una humilde asistENTE)
(Donde a punto estuve de ser convertida en asistENTA en lugar de permitirme ser una humilde asistENTE)
Esto de ser “diosEsa” tiene sus inconvenientes, y no es de los menores lo de
tener que aprender lo de la ubicuidad esa de las narices, en virtud de la cual
hasta los dioses advenedizos tenemos la obligación de estar en todos sitios y
en ninguno al mismo tiempo.
Esta vez me ha tocado lo de LIBER
2015, que es algo así como ir a husmear las maneras que utilizamos los
vendedores primarios de libros (que somos los Autores)
para que nuestros primarios compradores (que son los Editores) les
vendan a sus compradores (que son los Distribuidores), lo que estos
últimos han de venderles a los intermediarios finales (que son los
Libreros) ese producto llamado Libro, para que, finalmente, éste sea vendido
a los consumidores finales (que son/somos los Lectores).
Estaba una servidora exponiéndole
esta sesuda –llamémosla- “producción en cascada” al Excedente –ya sabéis: el “DiosVerdadero”
que tuvo la picardía de cederme la plaza de “diosEsa” voluntaria- cuando "Lo" veo echarse a reír como lo que "Es", y
gimiendo:
-¡Jajaja. Ay, perdóname, “diosEsa”, pero es que me hacen muchísima
gracia tus guirigayes y tus galimatías…jajaja!
¡Claro! Una tiene sus prontos. Y a
punto estuve de soltarle que, para guirigayes, las de “El Chaval”, con aquello de “ahora
me veis, luego no me veréis y luego me volveréis a ver...” –que tal pareciera
que estaba jugando al “ramalico caliente” en mitad del Evangelio. Pero como lo
que yo quería en ese momento es que "Él" me sustituyera mientras yo me iba a lo de LIBER
2015 , me amarré los malos humores para no
incomodarLo y que se negara a darme el permiso diosal necesario para acudir a
lo que más me gusta en la vida: lo de los libros y su mundillo periférico.
Y allí me tenéis,
recorriendo “stand”,
-que son como casetas pero mentadas en plan extranjero o algo así-, compadreando
con desconocidos, codeándome con escritores
de mejor o peor factura, pero todos ellos creadores como “dioSes” en prácticas, asistiendo a mesas redondas donde aprender
cosas y desaprender ideas, y comiendo en la maravillosa terraza de la Feria de Muestras de Madrid los no menos maravillosos bocadillos traídos por una
criatura excepcional de la que ya hablaré otro día.
Han sido días de inmersión en ese curioso mundo, mitad
cultura, mitad negocio que es LIBER.
Lo juro por los nidos de los gorriones
de los olivos de Jaén, ‑porque jurar por los clavos del “Chaval” no estaría bien visto dada mi actual desempeño-, así que, como digo,
juro que nada tengo contra el concepto “negocio” que, en definitiva, es el
detonante y paladín de actividades imprescindibles para la cultura. ¿O, acaso
habría libros si no hubiera detrás de ellos un “negocio en cascada” capaz de
rentabilizar su existencia?
Bueno, sí: hay un “negocio” que me produce
urticaria, y es ése que, con tal de “rentabilizarlo” en votos, es capaz de
cargarse el pensamiento lógico y la ciencia empírica bajo el discurso de “si sigues
pensando por tu cuenta, en lugar de pensar como yo, eres un/a asqueroso/a fascistO/A”.
Zabullida como he dicho en LIBER 2015,
pensaba yo estos días que convertir los espacios científicos en foros
ideológicos es una especie de sacrilegio espeluznante; algo así como gritar desde
el púlpito de una catedral un sonoro “niñas al salón” en mitad de un funeral córpore insepulto, y que empiecen a salir de la sacristía niñas en paños menores,
aireando tetas de silicona y luciendo ligueros rojos, y medias de maya ancha
con desgarrón.
La cosa empezó por algo aparentemente
sin importancia: no se me ocurrió otra cosa que responderle a una periodista
que, en una mesa redonda, yo era una mera “oyENTE”. Faltó poco para que se me
tirara a la yugular antes de decirme: “¡no se dice oyENTE; se dice oyENTA!
¡Porque
hay que acabar con el lenguaje sexista!
¡Dios mío! –Pensé para mí- ¿cómo repentizar y responderle
“gramaticalmente” a esta activista lexical sin arriesgarme a perder el poco
pelo –tipo estopa- que me va quedando?
De repENTE, -bien es cierto que ayudada
por un “periodisto” anexo, recordé
que hace algún tiempo recorrió los espacios cibernéticos una carta de una
profesora mexicana sobre tema tan sensible como los ENTES y las ENTAS, y, a
falta de mayor valor para oponerme a mi energúmena y oyentA interlocutora, opté
por callarme allí, y reproducir aquí la referida carta como venganza tardía
pero confortantA
y estimulantA donde las haya (¿O es “hayo”?):
Carta de una Profesora
con acertadísima y lapidaria frase final
Está escrito por una
profesora de un instituto público mexicano.
Yo no soy víctima de la Ley Nacional de
Educación.
Tengo 60
años y he tenido la suerte de estudiar bajo unos planes educativos buenos, que
primaban el esfuerzo y la formación de los alumnos por encima de las
estadísticas de aprobados y de la propaganda política. En el jardín de niños
(así se llamaba entonces lo que hoy es "educación infantil" CENDI?,
mire usted) empecé a estudiar con una cartilla que todavía recuerdo
perfectamente: la A de "araña", la E de "elefante", la I de
"iglesia" la O de "ojo" y la U de "uña".
Luego,
cuando eras un poco mayor, llegaba "Semillitas", un librito con poco
más de 100 páginas y un montón de lecturas, no como ahora, que pagas por tres
tomos llenos de dibujos que apenas traen texto. Eso sí, en el
"Semillitas", no había que colorear ninguna página, que para eso
teníamos cuadernos.
En Primaria estudiábamos Lengua, Matemáticas, Ciencias naturales, teníamos Educación
Física donde hacíamos gimnasia. Ya en 6º de Primaria, si en un examen tenías
una falta de ortografía del tipo de "b en vez de v" o cinco faltas de
acentos, te bajaban calificación y bien bajada.
En la secundaria estudié
historia universal, literatura, música, civismo y un idioma extranjero, aparte
de matemáticas y ciencias naturales.
En el Bachillerato, Historia
y literatura universal, Literatura española, lógica, raíces griegas y
latinas, un idioma extranjero e introducción a la Filosofía, además de
matemáticas y ciencias naturales
Pero, sobre todo, aprendí a hablar y a escribir con
corrección. Aprendí a amar nuestra lengua, nuestra historia y nuestra cultura.
Y... vamos con la
Gramática.
En castellano existe el participio activo como
derivado de los tiempos verbales. El participio activo del verbo atacar es
"atacante"; el de salir es "saliente"; el de cantar es
"cantante" y el de existir, "existente".
¿Cuál es el participio del verbo ser? Es "ente", que significa "el
que tiene identidad", en
definitiva "el que es".
Por ello, cuando queremos nombrar a la persona que
tiene la capacidad de ejercer la acción que expresa el verbo, se añade a este
la terminación "ente".
Así, al que preside, se le
llama "presidente" y nunca "presidenta", independientemente
del género (masculino o femenino) del que realiza la acción.
De manera análoga, se dice
"capilla ardiente", no "ardienta"; se dice
"estudiante", no "estudianta"; se dice "independiente"
y no "independienta"; "paciente", no “pacienta";
"dirigente", no dirigenta"; "residente", no
"residenta”.
Y ahora, la pregunta: nuestros políticos y a muchos periodistas (hombres y
mujeres, que los hombres que ejercen el periodismo no son "periodistos"),
¿hacen mal uso de la lengua por motivos ideológicos, miedo a las feministas o
por ignorancia de la Gramática de la Lengua Española? Creo que por las tres
razones. Es más, creo que la ignorancia
les lleva a aplicar patrones ideológicos y la misma aplicación automática de
esos patrones ideológicos los hace más ignorantes (a ellos y a sus seguidores).
Les
propongo que pasen el mensaje a vuestros amigos y conocidos, en la esperanza de
que llegue finalmente a esos ignorantes semovientes (no "ignorantas semovientas",
aunque ocupen carteras ministeriales).
Lamento
haber aguado la fiesta a un grupo de hombres que se habían asociado en defensa
del género y que habían firmado un manifiesto.
Algunos de los firmantes eran: el dentisto, el poeto, el sindicalisto, el pediatro, el pianisto, el golfisto, el arreglisto, el funambulisto, el proyectisto, el turisto, el contratisto, el paisajisto, el taxisto, el artisto, el periodisto, el taxidermisto, el telefonisto, el masajisto, el trompetisto, el violinisto, el maquinisto, el electricisto, el oculisto, el policío del esquino y, sobre todo, ¡el machisto!
SI ESTE ASUNTO "NO TE DA IGUAL", PÁSALO POR AHÍ, A VER SI LE TERMINA LLEGANDO A LA MINISTRA DE "IGUAL-DA".
Algunos de los firmantes eran: el dentisto, el poeto, el sindicalisto, el pediatro, el pianisto, el golfisto, el arreglisto, el funambulisto, el proyectisto, el turisto, el contratisto, el paisajisto, el taxisto, el artisto, el periodisto, el taxidermisto, el telefonisto, el masajisto, el trompetisto, el violinisto, el maquinisto, el electricisto, el oculisto, el policío del esquino y, sobre todo, ¡el machisto!
SI ESTE ASUNTO "NO TE DA IGUAL", PÁSALO POR AHÍ, A VER SI LE TERMINA LLEGANDO A LA MINISTRA DE "IGUAL-DA".
Porque no
es lo mismo tener UN CARGO PÚBLICO que ser UNA CARGA PÚBLICA.
SALUDOS....SALUDOS